Le quitaron a su hija, pero la reencontró años después

Sus padres la odiaban y le hicieron la vida imposible, pero Julie Mannix llegó hasta Hollywood, donde su suerte cambió.

Era noviembre de 1963 cuando una hermosa joven de 19 años llamada Julie Mannix se enamoró de un sujeto llamado Frank. Julie venía de una familia adinerada y estaba a punto de cumplir el gran sueño de su vida: convertirse en una actriz. Sin embargo, su familia desaprobaba enormemente su amor y el de Frank, quien, decían ellos, no estaba a la altura socioeconómica de la familia.

A Julie no le interesó lo que pensaran de su pareja, y durante una revisión de rutina, el ginecólogo de la familia Mannix descubrió que ella estaba embarazada. Se lo contó a su madre antes que a la misma Julie, y a pesar de que para la familia era inaceptable pensar en que Frank tuviera un hijo con Julie, los abortos eran enormemente perseguidos en esa época, así que no era opción enviar a su hija a hacerse uno.

Los padres de Julie tomaron medidas extremas e inventaron hirientes mentiras solo para ocultar el embarazo de su hija. Después de un tiempo, lograron declararla como alguien “severamente deprimida”, y la internaron en un psiquiátrico, lugar en el que los abortos sí podían realizarse con la excusa de velar por la salud mental de la madre.

Una vez ahí, Julie siguió negándose a abortar, así que su familia no halló nada mejor que trasladarla a un sanatorio, donde estuvo internada por seis meses.

Finalmente, en abril de 1964, ella tuvo a su hija. La llamó Aimee, y le permitieron estar con ella durante un momento antes de que firmaran los papeles de adopción y se llevaran.

A lo largo de los años, Julie intentó contactar a Catholic Charities, la organización sin fines de lucro que gestionó la adopción de Aimee, para así mantenerse en contacto con su hija, pero le fue negado el acceso a los registros. Todo lo que podía hacer, era esperar que su hija hubiese sido adoptada por una buena familia.

Traicionada y traumatizada por el trato de su familia, Julie dejó el sanatorio y continuó luchando por sus sueños. Se mudó a Nueva York, donde logró convertirse en una actriz, y ella y Frank se reencontraron y volvieron a enamorarse. Ambos se casaron en 1965.

La pareja celebró cada cumpleaños de Aimee durante el 19 de abril, y han estado juntos desde entonces.

Por su parte, Aimee fue adoptada por una familia amorosa y se convirtió en Kathleen Marie Wisler. Su madre adoptiva murió cuando ella tenía apenas seis años, y su padre falleció algunos años después.

Pasaron algunos años, Kathleen creció, tuvo a sus propios hijos y, al conocerlos, decidió que era momento de buscar a su madre biológica. Estaba permitido que recibiera información de Catholic Charities en Philadelphia, y eso la llevó hasta la página de internet de Julie Mannix.

De repente, Kathleen se encontró con una actriz rubia y de ojos azules con una carrera que había comenzado en los 60’s. La página también revelaba que Julie se había casado con un productor de televisión llamado Frank el año después de su nacimiento.

De un impulso, Kathleen le escribió a Frank y Julie una carta, que terminó por convertirse en conversaciones por Skype semanales con su antigua familia. Sobre esto, declaró en un artículo para Redbook Magazine:

“Nunca me imaginé volver a sentirme como una hija, y aquí estoy, siendo amada por dos fuertes y sabios padres que se preocupan cuando mis hijos están enfermos y me llaman sin razón”.

A pesar de los crueles intentos de la familia de Julie por hacer que ella no formase una familia, ella, Frank y Kathleen se sienten como si nunca hubiesen estado apartados.